Los conejos son animales crepusculares, por lo que necesitan un lugar para refugiarse a lo largo del día. Al estar acostumbrados a lugares reducidos, similares a sus madrigueras, es importante que su cama sea lo más similar posible a un auténtico nido de conejos, sobre todo cuando aún son gazapos (0 semanas hasta los 4 meses).
Podemos encontrar diferentes modelos de camas para conejos, según su forma y su material, destacando los siguientes:
Cama de felpa
Este tipo de cama es el más común, ya que también son utilizadas por otros tipos de animales pequeños e incluso perros y gatos en edades tempranas. Están hechas de tela, generalmente de algodón, y están rellenas de un material cómodo para tu conejo.
Las camas para conejos de tela son fáciles de lavar, ya que pueden limpiarse en la lavadora y secarse a la sombra. Es importante que cuente con el espacio necesario para que tu conejo duerma cómodo, por lo que lo más recomendable es buscar un tamaño mediado, sobre todo si es un gazapo en crecimiento.
Cesta de hierba
Las cestas de hierba son uno de los mejores nidos para los conejos, ya que simula a la madriguera que utilizan en la salvajidad o aquellos que viven libres en los patios. Aunque, si buscas una cama duradera, este tipo de camas para conejos no son la mejor opción, ya que seguro que a tu mascota le encantará morderla.
Sin embargo, son ideales para conejos con problemas dentales. Al estar hechas de heno, ayudan a desgastar los dientes de tu conejo sin el riesgo de que coman materiales peligrosos o se lastimen.
Hamaca
Otro tipo de cama muy común son las hamacas, preferidas por muchos conejos por estar cerradas casi por completo. Si vives en una zona fría y buscas una cama cómoda, esta es una excelente opción, ya que ayuda a que tu conejo se mantenga calientito mientras duerme.
Cesta de tela
Una cesta de tela acolchada también es una buena opción para aquellos conejos que prefieren tirarse en el suelo para dormir. Están hechas con materiales aptos para tu mascota, como tela de algodón o lino, que lo mantendrá a una buena temperatura sin acalorarse demasiado.